Además, la casilla de estos términos y condiciones para la inscripción se encontraba premarcada y resultaba obligatoria su aceptación para continuar con la misma. El RGPD exige para el consentimiento una «manifestación de voluntad libre, específica, informada e inequívoca por la que el interesado acepta, ya sea mediante declaración o una clara acción afirmativa, el tratamiento de datos personales que le conciernen». De modo que, las casillas ya marcadas o la inacción no constituyen un consentimiento válido y, por lo tanto, se produce la ausencia de la base legitimadora del tratamiento de datos.