Según pasan los años nuestra exposición en internet aumenta exponencialmente; ya sea por estar registrados en plataformas de empleo o en redes sociales, por publicar artículos o incluso por participar indirectamente en eventos en los que hayamos colaborado sin saberlo.
Ante tal situación de sobreexposición aparece el actual “Derecho de supresión o al Olvido” al cual la Agencia Española de Protección de Datos define como “el derecho a solicitar, bajo ciertas condiciones, que los enlaces a tus datos personales no figuren en los resultados de una búsqueda en internet realizada por tu nombre”, por lo tanto, se concierte en un concepto legal que reconoce el derecho de una persona a solicitar la eliminación de información personal sobre sí misma en línea. Este derecho se basa en la premisa de que, con el tiempo, ciertos datos personales pueden volverse obsoletos, irrelevantes o inapropiados, y su presencia continua en línea puede perjudicar injustamente a la persona afectada.
A nivel global, el derecho al olvido se popularizó principalmente a través de la legislación de la Unión Europea, en particular, el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). El RGPD establece que los individuos tienen el derecho de solicitar la eliminación de sus datos personales si ya no son necesarios para los fines para los que fueron recopilados o si la persona retira su consentimiento.
Unos de los puntos más importantes, y que la población no suele darse cuenta, es que la solicitud para eliminar o esconder contenido en línea se puede presentar a las empresas y motores de búsqueda para eliminar información personal que consideren obsoleta o irrelevante y que esta puede incluir datos como nombres, direcciones, fotografías, enlaces a artículos, etc.
Estas solicitudes serán evaluadas por los receptores para saber si se ajustan a una realidad o no o si se considera como interés público, como el derecho a la libertad de expresión y otros derechos fundamentales al evaluar estas solicitudes. Es importante saber que no todas las solicitudes de derecho al olvido son automáticamente aceptadas. Existen excepciones, como cuando la información es de interés público o cuando se trata de expresión artística o periodística. La libertad de expresión y el derecho a la información pueden entrar en conflicto con el derecho al olvido, y la legislación actual se encuentra en disputa por la búsqueda en equilibrar estos intereses.
Como hemos argumentado anteriormente, no solamente las empresas serán las destinatarias de estas, sino que los motores de búsqueda también serán unos de los protagonistas en estas disputas; estos pueden ser obligados a desindexar o eliminar enlaces a información específica tras recibir una solicitud válida.
El término «Desindexar» también resulta novedoso; este se refiere al acto de eliminar algo de un índice o lista. En términos más simples, es quitar un elemento de un conjunto organizado. Dentro del ámbito del derecho de olvido sería, por ejemplo, en el contexto de motores de búsqueda en internet, desindexar una página web significa remover esa página específica de los resultados de búsqueda, de manera que ya no aparecerá cuando se realicen búsquedas en ese motor.
Por lo tanto, el derecho al olvido destaca la importancia de equilibrar la privacidad individual con otros derechos y consideraciones sociales. Su implementación plantea desafíos relacionados con la libertad de expresión, el acceso a la información y la gestión de datos en la era digital.
Día a día podemos observar desde Legitec cómo el derecho al olvido busca equilibrar la privacidad individual con consideraciones sobre la relevancia temporal de la información, preservando al mismo tiempo el derecho a la libertad de expresión y el acceso a la información de interés público.
Autor: Rodrigo Catalán